lunes, 5 de octubre de 2009

EL MASON QUE SE PERDIÓ EN EL BOSQUE

Existió un H:. que vivía en las afueras de la ciudad muy cerca de un bosque. Alejado del ruido de la ciudad llevaba una vida aparentemente tranquila y sin mayores perturbaciones más que la de ir una vez al mes a la ciudad por sus provisiones para el, su mujer y sus dos hijos.
Dedicado por completo casi al retiro, dedicábase a tareas de granjero; no acudía a una logia ya hacía muchos años.
Cierto día salio él solo de cacería; estaría casi tres días metido en aquel frondoso bosque le dijo a su mujer. Traería consigo los frutos de su caza y de su pesca. Pues salio y caminó mucho, conforme avanzaba se puso en contacto con la naturaleza, escuchaba el canto de las aves, el quebrarse las ramas que iba pisando y hasta el silbido del viento en sus oídos.

Al llegar la noche, hizo un pequeño campamento, prendió fuego y se dijo para si mismo: "voy a disfrutar del silencio y de la paz del bosque". Se echo boca arriba contemplando las estrellas las cuales parpadeaban su luz discreta, el fuego de la fogata emitía el ruido de la leña quebrarse y los animales e insectos nocturnos hacían lo suyo; cuando de pronto se incorporó y se sentó - un momento dijo, esto no es silencio. Aquí hay mucho ruido.

Adentrándose en el sonido de aquella sinfonía de grillos, viento, búhos y la fogata, comenzó a notar que cada segundo en su interior el ruido era ensordecedor, hasta el punto que se tapó los oídos, de pronto un ruido superior al que estaba presente sobresalió, era el gruñido de un felino, al voltear y verse frente a frente con aquel animal los demás ruidos cesaron, entonces se dio cuenta inmediatamente que no podía ya oír nada; silencio absoluto y paralizado por el miedo, escucho una voz que decía: Dios mío que hago?.............casi incrédulo la volvió a escuchar, no era mas que el mismo diciéndose esto.

Por un momento todo aquel cuadro externo también se borro, su vista no veía nada mas que oscuridad, como si estuviese en un cuarto oscuro y sin ruidos externos, pues todo se detuvo y el H:. se pudo ver a si mismo, ahí parado, petrificado por el susto pero con algo muy valioso que era su conciencia, por un momento se conecto con el mismo, se pudo ver y oír. En ese instante por sus oídos se comenzó a percibir un ruido que golpeaba como un martillo; era el sonido se su corazón, empezó a sentir su respiración, comenzó a experimentar la sensación de aire que entraba por su nariz y lentamente se dirigía a sus pulmones, sentía su piel húmeda por el sudor que corría por todo su cuerpo; sus sentidos empezaron a funcionar como nunca antes lo habían hecho; vino entonces a su mente una imagen de el mismo con los ojos vendados en un lugar extraño; recordó en ese instante su iniciación en la Masonería, recordó que estuvo unos momentos solo consigo mismo en silencio en aquel cuarto de reflexión tratando de explicarse muchas cosas.

Recordó que en las tenidas siempre se pedía un silencio inicial para poder conectase con lo mas elevado de nuestro ser………………por un instante estas palabras tomaron el real sentido que escucho tantas veces en su taller; al fin se había dado cuenta que el silencio no solo es ausencia de ruidos o falta de palabra.El silencio en ese instante le hizo razonar en que hacer frente al hecho externo de verse asediado por el mal……………..volvió en si y nuevamente vio el bosque, el fuego y vio a aquel felino asediándole, pero inmediatamente dio vuelta y empezó a retirarse sin mayores consecuencias. Por un instante el animal aquel vio que tampoco tenía porque atacar; no se sintió agredido porque encontró simplemente un ser más de la naturaleza.
El H:. No se explicaba aquel hecho, fue solo un instante una milésima de segundo, pero en su interior el tiempo fue tan largo que tuvo tiempo de pensar, de oír su corazón, su respiración y darse cuenta que estaba vivo…………………por un instante encontró ese "silencio" que fue suficiente para encontrase a si mismo y saber que debía estar quieto y no moverse. Es decir que en ese silencio supo dominar su miedo.Así como este hermano recordó; el silencio es una herramienta de las más poderosas con la que contamos los Masones.

El encontrarlo es un ejercicio que debemos tener diariamente en nuestra vida, cuando estamos mezclados en ese mundo lleno de profanos que gritan, hacen bulla y viven con el ruido ensordecedor de sus acciones; con ese hablar por hablar que hace que cada día las personas vivan hacia fuera y no hacia adentro. Por eso en el perfeccionamiento de nuestro interior podemos encontrar ese silencio y usarlo para bien, usarlo como un don; como una forma de hallarnos a nosotros mismos y crear de ese silencio quizás una virtud. Muchas veces hay personas que no les gusta el silencio porque les hace daño, les hace verse quien es el que esta ahí; otros usan el silencio como un arma y dicen muy alegremente "interpreta mi silencio"; como si se tratase de agredir a las personas por el simple hecho de quedarse callado y confunden el silencio con el no decir un insulto o una estupidez.
El silencio de un Masón por eso no es igual al silencio de cualquier persona; es un medio para conectarnos con nosotros mismos pero de manera conciente, con voluntad propia y abrir canales en nuestra mente capaces de mirar el entorno sin siquiera abrir los ojos o percibir el exterior sin la necesidad de oídos, nariz ni manos. Es conectarnos para tomar conciencia de todo lo que nos rodea pero a partir de un punto de partida y es nuestro interior, porque solo a partir de allí vamos a poder manejar nuestro exterior. Es por ello que el silencio en la Masonería esta representado por la trulla o llana de albañil; la cual esparce de manera homogénea el cemento encima de esa hilera de ladrillos previamente alineados por la escuadra y la plomada con la cual prudentemente debemos extenderlo a manera de una capa homogénea y consistente sobre los defectos que encuentra el masón operativo y nosotros sobre esos defectos pero de nuestros semejantes.

Mucho se habla del silencio del Masón en nuestras tenidas y muy poco en realidad lo aplicamos a nuestra vida diaria. En los textos de Masonería se nos dice que: "Solo la unificación de la voluntad y la concentración son capaces de lograr el verdadero silencio constructor, que suprime el miedo, vence la timidez, controla las energías vitales". Ese Hermano en el bosque tuvo un instante de concentración y conexión con su interior; se dio cuenta de su mundo interno, tuvo realmente el tiempo suficiente para escucharse a si mismo y concentrase en su interior…..

Pero, ¿para qué se concentra un Masón? ¿Para que quiere el silencio?

RR:. Y QQ:. HH:. No es mi intención redundar en el significado del silencio ya muchos HH:. Se han encargado de hablar de él; lo que debemos rescatar de esta historia es el verdadero puente que debemos utilizar para hallar el verdadero silencio y tratar de oírnos por dentro; tratemos de usar esta herramienta como debe ser usada y es para crecer realmente en nuestra vida interior, para poder poner encima de esa hilera de ladrillos una nueva capa de cemento que es la "tolerancia", esa de la que muchas veces hacemos gala y no practicamos como es debido; escuchemos a nuestro ser interno que nos llama a gritos y nos pide siempre tener presencia, callemos esa bulla externa y ese ruido ensordecedor del ego que muchas veces habla de más y quiere ser el protagonista de nuestros pensamientos.

En algunas religiones esto se llamaría meditación, pero el masón no necesita el silencio para meditar sino para conocerse y solo así es como puede llegar a ese real puente de lo interno a lo externo a ese verdadero entendimiento de nuestro canal para conectarnos con lo mas elevado de nuestro ser, con esa verdadera luz que vimos un día en nuestra iniciación y que muchas veces nosotros mismos la apagamos con la intolerancia.


R:.L:.S:. INTEGRACION No 149Q:.H:. Gerardo Bouroncle Mc EvoyVall:. De lima 2 de octubre e:.v:.