martes, 19 de agosto de 2008
¿POR QUE SAN JUAN ES NUESTRO PATRONO?
Por Jose Castellani
Además de girar alrededor de su eje, la Tierra se desplaza en el espacio, con un movimiento de translación alrededor del Sol, cuando describe una elipse, de acuerdo con las leyes de Kepler. Para un observador situado en la Tierra, todavía, es como si estuviera fija y el Sol se moviese alrededor de ella, siguiendo un camino, que, como ya fue visto, es llamado de eclíptica.
En su marcha alrededor del Sol, la Tierra, describiendo una elipse, quedará más próxima, o más alejada del astro de luz. El punto más próximo —147 millones de Kilómetros— en el perihelio; y el más alejado —152 millones de Kilómetros— en el afelio. Si la Tierra, en su movimiento de translación, girase sobre un eje vertical con relación al plano de su órbita, sus diferentes regiones recibirían la iluminación siempre sobre el mismo Angulo y la temperatura seria siempre constante, en cada una de ellas. Mas, como el eje esta inclinado, con relación a su orbita, esa inclinación hace que los rayos solares incidan sobre la Tierra siguiendo un ángulo diferente, variando cada día que pasa. Y así, se van sucediendo las estaciones de Verano, Otoño, Invierno y Primavera.
Como los planos del ecuador terrestre y de la eclíptica no coinciden, teniendo una inclinación, uno con respecto al otro, de 23 grados y 27 minutos, ellos se cortan a lo largo de una línea, que toca la eclíptica en dos puntos: son los equinoccios. El Sol, en su órbita aparente, cruza estos puntos, al pasar de un hemisferio celeste para el otro; el pasaje de Sur a Norte, marca el inicio de Primavera en el hemisferio Norte y de Otoño en el hemisferio Sur; el pasaje del Norte para el Sur, marca el inicio del Otoño en el Hemisfério Norte y de la Primavera en el Hemisfério Sur. Esos son los equinoccios de Primavera y de Otoño.
Por otro lado, en los momentos en que el Sol tiene su mayor distancia angular del ecuador terrestre, o sea, cuando se da el máximo valor de su declinación, ocurren los solsticios. Los dos solsticios ocurren el 21 de Junio y el 21 de Diciembre; la primera fecha marca un pasaje del Sol por el primer punto del Trópico de Cáncer, mientras que la segunda es el pasaje del Sol por el primer punto del Trópico de Capricornio. En el primer caso, el Sol está en afelio y es solsticio de Verano en el Hemisferio Norte y de Invierno en el Hemisferio Sur; en el segundo, el Sol está en perihelio y es solsticio de Invierno en el Hemisferio Norte y de Verano en el Hemisferio Sur. Por tanto, el solsticio de Verano en el Hemisferio Norte y de Invierno en el Hemisferio Sur, ocurre cuando el Sol está en su posición mas boreal (Norte), mientras que el solsticio de Verano en el Hemisferio Sur y el de Invierno en el Hemisferio Norte, ocurre cuando el Sol está en su posición mas austral (Sur).
Por herencia recibida de los miembros de las organizaciones de oficio, que, tradicionalmente, acostumbraban conmemorar los solsticios, esa práctica llegó à la Masonería moderna, pero ya sazonada por la influencia de la Iglesia sobre las corporaciones operativas. Como las fechas de los dos solsticios son 21 de Junio y 21 de Diciembre, muy próximas a las fechas conmemorativas de San Juan Bautista —24 de junio— y de San Juan Evangelista —27 de Diciembre— ellas finalmente se confundieron con estas, entre los operativos, llegando así a la actualidad. Hoy, la instalación de los Grandes-Maestros de las Obediencias y de los Venerables Maestros de las Logias se realizan el 24 de Junio, o en una fecha bien cercana y no se puede olvidar que la primera Obediencia Masónica del mundo, como ya fue visto, fue fundada en 1717, en el día de San Juan Bautista.
Gracias a eso, muchas corporaciones, aunque hubiese un santo protector para cada uno de esos Grupos Profesionales, acabarían adoptando los dos San Juanes como Patronos, haciendo llegar esa costumbre a la moderna Masonería, donde existen, siguiendo la mayoría de los Ritos, las Logias de San Juan, que abren sus trabajos “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo (Dios) y en honor a San Juan, nuestro patrono”, englobando, en ese momento a los dos santos.
En el templo Masónico, esas fechas solsticias están representadas en un símbolo, que es el Circulo entre Paralelas Verticales y Tangenciales.
Este significa que el Sol no transpone los Trópicos, o que sugiere, a los masones, que la consecuencia religiosa del Hombre es inviolable, las paralelas representan los trópicos de Cáncer y de Capricornio y de los dos San Juan.
Tradicionalmente, por medio de la noción de puerta estrecha, como dificultad de ingreso, el masón evoca las puertas solsticias, estrechos medios de acceso al conocimiento, simbolizados en el circulo cósmico, en el circulo de la vida, en el zodiaco, por el eje Capricornio-Cáncer, ya que Capricornio corresponde, al solsticio de Invierno y Cáncer al de Verano (en el Hemisferio Norte, con su inversión para el Hemisferio Sur). La puerta corresponde al inicio, o al punto ideal de partida, en la elíptica de nuestro planeta, en los calendarios Gregorianos y también en algunos Pre-colombinos, dentro del itinerario Sideral..
El hombre primitivo distinguía la diferencia entre dos épocas, una de frío y una de calor, concepto que inicialmente le sirvió de base para organizar el trabajo agrícola. Gracias a eso es que surgieron los cultos solares, como el Sol siendo proclamado — como fuente de calor y de luz — o rey de los cielos es el soberano del mundo, con influencia marcada sobre todas las religiones y creencias posteriores de la humanidad. Y desde la época de las antiguas civilizaciones, el hombre imaginó los Solsticios como aberturas opuestas del cielo, como puertas, por donde el Sol entraba y salía, al terminar su curso, en cada circulo tropical.
La personificación de tal concepto, en el panteón romano, fue del Dios Janus, representado como divinidad bifásica, gracias a su marcha pendular entre los trópicos, como su propio nombre muestra esa implicación, ya que deriva de janua, palabra latina que significa puerta. Por eso, él era también, conocido como Janitur, o sea portero, siendo representado como un grupo de llaves en la mano, como guardián de las puertas del cielo.
Posteriormente, esa alegoría pasaría a través de la tradición popular cristiana, para San Pedro, mas sin cualquier relación con los solsticios.
Janus era un dios bicéfalo, con dos caras simétricamente opuestas, cuyo significado simbolizaba la tradición de observar, una de las caras, constantemente, para el pasado, y la otra, para el futuro.. Los Césares de Roma imperial, en sus celebraciones y para dar ingreso al Sol en los dos hemisferios celestes, anteponían al dios Janus, para presidir todos los comienzos de iniciación, por atribuirle la guarda de las llaves.
Tradicionalmente, tanto para el mundo oriental, como para el occidental, el solsticio de Cáncer, o de la Esperanza, alusivo a San Juan Bautista (Verano en el hemisferio Norte e Invierno en el hemisferio Sur), es la puerta cruzada por las almas mortales y por eso es llamada la Puerta de los Hombres, mientras que el solsticio de Capricornio, o de Reconocimiento, alusivo a San Juan Evangelista (Invierno en el hemisferio Norte y Verano en el hemisferio Sur), y la puerta cruzada por las almas inmortales y por eso, denominada Puerta de los Dioses.
Para los antiguos egipcios, el solsticio de Cáncer (Puerta de los Hombres) era consagrado al dios Anúbis; los antiguos griegos lo consagraban al dios Hermes. Anúbis y Hermes eran, en la mitología de esos pueblos, los encargados de conducir las almas al mundo extraterreno.
La importancia de esa representación de las puertas solsticias puede ser encontrada con el auxilio del simbolismo cristiano, pues, para un masón, las fiestas de los solsticios son, en último análisis, las fiestas de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista. Son dos San Juan y allí hay una evidente relación con el dios romano Janus y sus dos caras: el futuro y el pasado, el futuro que debe ser construido a la luz del pasado. Sobre una visión simbólica, los dos se encuentran en un momento de transición, en el fin de un gran año cósmico y el comienzo de uno nuevo, que marca el nacimiento de Jesús: uno anuncia su venida y el otro propaga su palabra.
Fue la semejanza entre las palabras Janus y Juanes (João - Juan, que, en hebreo es Ieho-hannam = gracia de Dios) que facilito el intercambio de Janus pagano por el Juan cristiano, con la finalidad de extirpar una tradición “pagana”, que se chocaba con el cristianismo. Y fue de esta manera que los dos San Juan fueron asociados a los solsticios y presiden las fiestas solsticias.
Continua, de esa manera la dualidad, principio de la vida: delante de Cáncer, Capricornio; delante de los días mas largos del Verano, los días mas cortos, del Invierno; delante de San Juan “de Invierno”, con las tinieblas, Capricornio es la Puerta de Dios, y San Juan “de Verano”, con la luz, Cáncer y la Puerta de los Hombres (vale recordar que, para los masones, simbólicamente, las condiciones geográficas son, siempre, las del hemisferio Norte).
Dentro de esa misma visión simbólica, podemos considerar la configuración de la constelación de Cáncer. Sus dos estrellas principales toman el nombre de Aselos (del latín Asellus, i = diminutivo de Asinus, o sea: jumento, burro). En la tradición hebraica, las dos estrellas son llamadas de Haiot Nakodish, o sea, animales de santidad, designados por las dos primeras letras del alfabeto hebraico, Aleph y Beth, correspondiente al asno y al buey.
Delante de ellas, hay un pequeño conglomerado de estrellas, denominado en latín, Praesepe, que significa pesebre, corral, establo, y que, en francés, es “crèche”, también con el significado de pesebre, establo, cuna. Esa palabra “créche” ya fue inclusive, incorporada a idiomas latinos, con un significado de local donde los nuevos bebes son acogidos, temporalmente.
Ese simbolismo da sentido a la observación material: Jesús nació un 25 de diciembre, sobre el signo de Capricornio, durante el solsticio de Invierno, siendo colocado en un establo-cuna, entre un asno y un buey.
Esa fecha de nacimiento, todavía, es puramente simbólica. Para los primeros cristianos, Jesús nacería en Julio, sobre el signo de Cáncer, cuando los días son mas largos en el hemisferio Norte. En el sentido cristiano, en el plano simbólico, abordaría, entonces, apenas la Puerta de los Hombres y, así solamente habría la comprensión de Jesús, como ser, como hombre. Mas Jesús es el ungido, el Mesías, el Cristo — según la teología cristiana — y el otro polo, obligatoriamente complementario, es la Puerta de Dios, sobre el signo de Capricornio, tornando la dualidad comprensible.
Entretanto dos elementos, uno material y uno religioso, vendrían a influir en la determinación de la fecha del 25 de Diciembre. El material se refiere a los hábitos y costumbres de los antiguos cristianos y al aspecto religioso, al mitraismo de la antigua Persia, adoptado por Roma:
Los primeros cristianos del Imperio Romano, para escapar las persecuciones, crearon el hábito de festejar el nacimiento de Jesús durante las fiestas dedicadas al dios Baco, cuando los romanos, ocupados con los festejos y orgías, los dejaban en paz.
Mas el origen mitraico es el que parece mas plausible para explicar esa fecha totalmente ficticia: los adeptos al mitraismo acostumbraban reunirse en la noche del 24 para amanecer el 25 de Diciembre, la mas larga y mas fría del año, en una festividad llamada — en el mitraismo romano — de Natalis Invicti Solis (nacimiento del Sol triunfante).
Durante toda la fría noche, se quedaban haciendo ofrendas y deseos pidiendo la vuelta de la luz y del calor del Sol, asimilado al dios Mitra. El cristianismo, al marcar esa fecha para el nacimiento de Jesús, lo identifico con la luz del mundo, la luz que surge después de las prolongadas tinieblas.
miércoles, 13 de agosto de 2008
ISAIAS 28:16-17
Por eso dice el Señor omnipotente:
«¡Yo pongo en Sión una piedra probada!,
piedra angular y preciosa para un cimiento firme;
el que confíe no andará desorientado.
Pondré como nivel la justicia,
y la rectitud como plomada.
Este es el canto de inspiración divina de los Masones que construyen su Ser guiados por la Palabra del Gran Arquitecto del Universo...
«¡Yo pongo en Sión una piedra probada!,
piedra angular y preciosa para un cimiento firme;
el que confíe no andará desorientado.
Pondré como nivel la justicia,
y la rectitud como plomada.
Este es el canto de inspiración divina de los Masones que construyen su Ser guiados por la Palabra del Gran Arquitecto del Universo...
martes, 12 de agosto de 2008
LA MASONERÍA DE ACEPTACIÓN: UN SISTEMA DE MEJORA CONTINUA DEL HOMBRE
En 1723, el Pastor James Anderson redactó, junto con John Théophilus Desaguliers, Gran Maestre de la Gran Logia de Inglaterra, el documento en el que se funda la idea de una Masonería Especulativa o de Aceptación.
Este texto es el eslabón simbólico entre la masonería operativa de los antiguos albañiles y canteros y la Francmasonería moderna, entre las logias que se ocupaban en el trabajo de tallar piedras para construir grandes edificios civiles y religiosos y aquellas otras que, con el paso del tiempo se convirtieron en talleres de arquitectura interior, en su sentido metafórico.
En la actualidad, todas la Obediencias masónicas se reclaman de las Constituciones de Anderson, si bien es obvia la diferencia que se establece entre quienes han adoptado una interpretación petrificada de dicho escrito y quienes lo vivifican, leyéndolo a la luz de espíritu que les anima. La masonería moderna surge, pues, en torno a un documento de referencia, pero no se constituye como una mera experiencia vinculada a un texto, sino a una tradición iniciática que actúa como estímulo del pensamiento y de la acción.
La masonería, al igual que la filosofía, no es un pensamiento concluso, sino un pensamiento sobre el pensar mismo. La transmisión del método masónico es, en lo fundamental, una transmisión oral, personalizada, grupal. Sin embargo, también es cierto que desde siempre ha existido la necesidad de la escritura como instrumento complementario para conservar y acumular el fruto de las diferentes experiencias vividas a partir del método. De ahí la importancia en la configuración de la masonería histórica de autores como Oswald Wirth, René Guénon, Daniel Beresniak o Jean Mourgues.
Sección tomada de TRES PUNTOS. Una apuesta editorial de la masonería española.
Ahora bien, el pensamiento sobre el pensar mismo -el metapensamiento- es la esencia de la filosofía; empero, el pensamiento masónico es un pensamiento que conduce -guiado por las herramientas de la Construcción- a las aplicaciones prácticas para la vida del masón a efecto de que sea como Job: hombre recto y justo, temeroso de Dios y apartado del mal. La masonería no quiere un especulador teórico, sin un operario aceptado que aplique los principios a su vida y a la vida de los demás, a través del ejemplo.
La Masonería de Aceptación busca hacer de los hombres buenos, mejores hombres. Eso es lo que hace una Logia, es lo que debe hacer. Esa es su misión. La regularidad masónica nos conduce en esa perspectiva: buscar el camino que nos permita, con las Reglas del Arte, caminar por el camino eterno, guiados por el manto y el cayado de Dios, Gran Arquitecto del Universo y Padre Universal.
Las Constituciones de 1723, y sus sucesoras reformas hasta 1738, nos indican las Reglas del Arte. Nos señalan las formas y los métodos en cómo la Masonería de Aceptación -especulativa y moral- es un sistema de mejora continua de la personalidad humana por medio del método iniciático.
Este texto es el eslabón simbólico entre la masonería operativa de los antiguos albañiles y canteros y la Francmasonería moderna, entre las logias que se ocupaban en el trabajo de tallar piedras para construir grandes edificios civiles y religiosos y aquellas otras que, con el paso del tiempo se convirtieron en talleres de arquitectura interior, en su sentido metafórico.
En la actualidad, todas la Obediencias masónicas se reclaman de las Constituciones de Anderson, si bien es obvia la diferencia que se establece entre quienes han adoptado una interpretación petrificada de dicho escrito y quienes lo vivifican, leyéndolo a la luz de espíritu que les anima. La masonería moderna surge, pues, en torno a un documento de referencia, pero no se constituye como una mera experiencia vinculada a un texto, sino a una tradición iniciática que actúa como estímulo del pensamiento y de la acción.
La masonería, al igual que la filosofía, no es un pensamiento concluso, sino un pensamiento sobre el pensar mismo. La transmisión del método masónico es, en lo fundamental, una transmisión oral, personalizada, grupal. Sin embargo, también es cierto que desde siempre ha existido la necesidad de la escritura como instrumento complementario para conservar y acumular el fruto de las diferentes experiencias vividas a partir del método. De ahí la importancia en la configuración de la masonería histórica de autores como Oswald Wirth, René Guénon, Daniel Beresniak o Jean Mourgues.
Sección tomada de TRES PUNTOS. Una apuesta editorial de la masonería española.
Ahora bien, el pensamiento sobre el pensar mismo -el metapensamiento- es la esencia de la filosofía; empero, el pensamiento masónico es un pensamiento que conduce -guiado por las herramientas de la Construcción- a las aplicaciones prácticas para la vida del masón a efecto de que sea como Job: hombre recto y justo, temeroso de Dios y apartado del mal. La masonería no quiere un especulador teórico, sin un operario aceptado que aplique los principios a su vida y a la vida de los demás, a través del ejemplo.
La Masonería de Aceptación busca hacer de los hombres buenos, mejores hombres. Eso es lo que hace una Logia, es lo que debe hacer. Esa es su misión. La regularidad masónica nos conduce en esa perspectiva: buscar el camino que nos permita, con las Reglas del Arte, caminar por el camino eterno, guiados por el manto y el cayado de Dios, Gran Arquitecto del Universo y Padre Universal.
Las Constituciones de 1723, y sus sucesoras reformas hasta 1738, nos indican las Reglas del Arte. Nos señalan las formas y los métodos en cómo la Masonería de Aceptación -especulativa y moral- es un sistema de mejora continua de la personalidad humana por medio del método iniciático.
lunes, 11 de agosto de 2008
EL RECONOCIMIENTO
El reconocimiento entre Logias, Grandes Logias y masones es producto de la regularidad. Puede sobrevenir con ella o no, pero sin regularidad es imposible el reconocimiento.
Los masones, para efectos de reconocimiento, no lo son por que ellos afirmen serlo de modo unilateral; lo son porque hay previo un reconocimiento entre ellos. Nadie es masón porque diga que lo es, sino porque otro u otros le reconocen como tal.
Desde los SS., PP. y TT. del retejamiento se da, o no, el reconocimiento; sin el retejamiento nadie puede reconocer a un desconocido como masón, a menos que demuestre que lo es.
Quien se apega a las reglas de origen y de principios es, de entrada, regular, aunque no sea reconocido por el momento. La regularidad es el apego a principios normativos que nos vienen desde los momentos fundacionales de la Gran Logia de Inglaterra en 1723; sus Constituciones y los Acuerdos convertidos en las 39 Ordenanzas que constituyen los Reglamentos Generales de 1723. Luego vinieron los puntos dados en 1929 por la propia Gran Logia Unida de Inglaterra.
Tales principios marcan la regularidad. Quien se apega a ellos, es regular; quien los desconoce dándose otros, no lo es.
Debe haber en todo un orden; sin orden no hay Centro de la Unión.
Nadie puede -no debe- andar por el mundo inventando su propia masonería, a su gusto y circunstancia.
Por ello, las Logias, Grandes Logias y masones tienen una norma que les hace tales en todo el mundo: la Regla, y ésta les otorga regularidad; o irregularidad, si no la observan.
Los masones, para efectos de reconocimiento, no lo son por que ellos afirmen serlo de modo unilateral; lo son porque hay previo un reconocimiento entre ellos. Nadie es masón porque diga que lo es, sino porque otro u otros le reconocen como tal.
Desde los SS., PP. y TT. del retejamiento se da, o no, el reconocimiento; sin el retejamiento nadie puede reconocer a un desconocido como masón, a menos que demuestre que lo es.
Quien se apega a las reglas de origen y de principios es, de entrada, regular, aunque no sea reconocido por el momento. La regularidad es el apego a principios normativos que nos vienen desde los momentos fundacionales de la Gran Logia de Inglaterra en 1723; sus Constituciones y los Acuerdos convertidos en las 39 Ordenanzas que constituyen los Reglamentos Generales de 1723. Luego vinieron los puntos dados en 1929 por la propia Gran Logia Unida de Inglaterra.
Tales principios marcan la regularidad. Quien se apega a ellos, es regular; quien los desconoce dándose otros, no lo es.
Debe haber en todo un orden; sin orden no hay Centro de la Unión.
Nadie puede -no debe- andar por el mundo inventando su propia masonería, a su gusto y circunstancia.
Por ello, las Logias, Grandes Logias y masones tienen una norma que les hace tales en todo el mundo: la Regla, y ésta les otorga regularidad; o irregularidad, si no la observan.
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Artículos masónicos,
Documentos normativos
jueves, 7 de agosto de 2008
PETER SELLERS
Richard Henry Sellers (su nombre verdadero) nació el 8 de septiembre de 1925 en Southsea (Inglaterra), en el seno de una familia dedicada al teatro cómico. En 1951 consiguió debutar en el cine británico con la película "Penny Points to Paradise", una floja comedia realizada por Tony Young.
Más tarde protagonizó películas mucho más interesantes, algunas de ellas firmadas para los míticos estudios Ealing, como "El quinteto de la muerte" (1955) de Alexander McKendrick.Otros filmes de su primera etapa son el título de espionaje "El hombre que nunca existió" (1956) de Ronald Neame, el musical "El pequeño gigante" (1958) de George Pal, y las comedias "Despiste ministerial" (1959) de Jeffrey Dell y Roy Boulting, "Un golpe de gracia" (1959) de Jack Arnold, "I'm alright, Jack" (1959) de John Boulting, "La extraña prisión de Huntleigh" (1960) de Robert Day, "La batalla de sexos" (1960) de Charles Chrichton o "La millonaria" (1961) de Anthony Asquith.
Tras convertirse en estrella local en el Reino Unido durante los años 50, Sellers alcanzaría la fama internacional en el siguiente decenio, coronándose como uno de los rostros de comedia más populares de la pantalla grande.
Su pertenencia a la Masonería fue pública y notoria, perteneció hasta su muerte a la Logia Chelsea Lodge Nº 3098, de Londres.
GRAND LODGE AT YORK: THE GRAND LODGE OF ALL ENGLAND
Statement of Principles
Regular Freemasonry requires adherence to the Ancient Landmarks:
Masonic ritual, modes of recognition, and the administrative proceedings of the Craft are all secret ; a belief in the existence of God and the immortality of souls is an unalterable and incontestable cornerstone of the Craft and this tenet cannot be abolished; the Lodge must be properly tyled and secured against encroachment; the Holy Book must be open in the Lodge whilst it is at work; Masonic rites and rituals are unalterable and the ritualistic character of Freemasonry must remain inviolate; the Lodge must be governed according to the Ancient Laws, Rules, Regulations and Traditions of the Craft; the Grand-Master Mason is ultimately responsible for the government of the Fraternity and his prerogatives to make Freemasons, grant dispensations, warrant Lodges to meet, and to preside over every assembly of the Craft are inviolate; the equality of the Brethren is an unalterable principle; Freemasonry is based upon the doctrine of Brotherly Love, Relief and Truth; these Landmarks cannot be changed and are inviolate; The Grand Lodge of All England at York is the guardian of the Ancient Landmarks of Freemasonry.
Therefore, before any man may be made a Mason he must profess and declare a belief in God without mental reservation of any kind ; the three great lights in Freemasonry, the Holy Book, the Square and the Compasses must be present in the Lodge and the Holy Book open before any ceremony takes place or degree conferred ; there must be no discussion of denominational religion or party politics in the Lodge.
In addition, any Mason who is a member of The Grand Lodge of All England at York must:
belong to a Lodge and abide by its by-laws and regulations; be at least 21 years of age, or 18 years of age and the son of a Mason, or admitted by dispensation of Grand Lodge; be a man of honour and integrity and free from felony; not transgress the just laws of any country or state in which he works or resides; pay due allegiance to the Sovereign Power of his native land; not seek to gain any unfair pecuniary advantage due to his membership of the Fraternity; never reveal the name or description of a brother Mason without his permission; never reveal any of those Masonic secrets entrusted to his care or communicate them to anyone who is not entitled to receive them,
and should:
to the best of his abilities, and without detriment to himself, his family or his connections, assist Brother Masons in times of sickness or distress; at all times behave with due decorum within the Lodge; when the Lodge is over, carefully exercise due moderation; generally remain a reputable, valuable and charitable member of society.
Regular Freemasonry requires adherence to the Ancient Landmarks:
Masonic ritual, modes of recognition, and the administrative proceedings of the Craft are all secret ; a belief in the existence of God and the immortality of souls is an unalterable and incontestable cornerstone of the Craft and this tenet cannot be abolished; the Lodge must be properly tyled and secured against encroachment; the Holy Book must be open in the Lodge whilst it is at work; Masonic rites and rituals are unalterable and the ritualistic character of Freemasonry must remain inviolate; the Lodge must be governed according to the Ancient Laws, Rules, Regulations and Traditions of the Craft; the Grand-Master Mason is ultimately responsible for the government of the Fraternity and his prerogatives to make Freemasons, grant dispensations, warrant Lodges to meet, and to preside over every assembly of the Craft are inviolate; the equality of the Brethren is an unalterable principle; Freemasonry is based upon the doctrine of Brotherly Love, Relief and Truth; these Landmarks cannot be changed and are inviolate; The Grand Lodge of All England at York is the guardian of the Ancient Landmarks of Freemasonry.
Therefore, before any man may be made a Mason he must profess and declare a belief in God without mental reservation of any kind ; the three great lights in Freemasonry, the Holy Book, the Square and the Compasses must be present in the Lodge and the Holy Book open before any ceremony takes place or degree conferred ; there must be no discussion of denominational religion or party politics in the Lodge.
In addition, any Mason who is a member of The Grand Lodge of All England at York must:
belong to a Lodge and abide by its by-laws and regulations; be at least 21 years of age, or 18 years of age and the son of a Mason, or admitted by dispensation of Grand Lodge; be a man of honour and integrity and free from felony; not transgress the just laws of any country or state in which he works or resides; pay due allegiance to the Sovereign Power of his native land; not seek to gain any unfair pecuniary advantage due to his membership of the Fraternity; never reveal the name or description of a brother Mason without his permission; never reveal any of those Masonic secrets entrusted to his care or communicate them to anyone who is not entitled to receive them,
and should:
to the best of his abilities, and without detriment to himself, his family or his connections, assist Brother Masons in times of sickness or distress; at all times behave with due decorum within the Lodge; when the Lodge is over, carefully exercise due moderation; generally remain a reputable, valuable and charitable member of society.
miércoles, 6 de agosto de 2008
LA REGULARIDAD MASÓNICA: LA GRAN CONFUSIÓN
Por Dr. Molina
El evangelismo, surgido de La Reforma luterana, creció a niveles insospechados, pero sin unidad orgánica. La iglesia romana, en cambio, desde su gran estructura -rígida, monolítica y que además desconoce la democracia- mantiene unidad orgánica en todo el mundo. Las denominaciones evangélicas, por su parte, han florecido pero sin esa unidad institucional y de muchas de ellas, aún hoy, en día surgen escisiones y nuevas denominaciones con sus respectivos líderes en todo el mundo.
Unas se apegan más a la ortodoxia que otras, pero la mayoría tiene diversas interpretaciones del texto bíblico y por lo mismo, rumbos igualmente diferentes.
Lo que para las iglesias es la ortodoxia, para la masonería es la regularidad.
El problema con la regularidad es que hace mucho que dejó de ser un factor de unidad institucional de la Orden en el mundo, y cada Obediencia -desde el Gran Oriente de Francia (GODF)- cree tener su propia regularidad y crecer conforme a ella. El resultado es un caos que impide, por desgracia, presentar una sola cara y que nos hace aparecer ante la sociedad como una organización fraccionada y dividida, en la que cada quien "jala por su lado" sin unidad de rumbo y dirección.
En muchos países proliferan diversas designaciones y títulos para referir "la masonería". Así, por ejemplo, tenemos las Grandes Logias, las Grandes Dietas, los Grandes Orientes, los Altos o Supremos Consejos y además, una variopinta denominación de ritos, grados y sistemas que no hacen sino contribuir a la confusión, al caos y al desorden institucional. ¿Quiénes son los buenos?, se ha de preguntar mucha gente.
Los países anglosajones han conocido mayor unidad orgánica que los latinos. Allá, hay respeto y observancia de "la Regla" básica de organización masónica derivada de las Constituciones de Anderson y de los pronuniciamientos de la United Gran Lodge of England (UGLE); acá, en cambio, han proliferado otras realidades y lo que vemos, al final del día, es una proliferación multivariada de manifestaciones masónicas que no hacen sino crear las condiciones de la división, así como la pérdida de fuerza ante las comunidades y la opinión pública.
Aúnado al problema de la regularidad, se tiene el del reconocimiento. Las Obediciencias se conocen y reconocen, pero también se desconocen y descalifican unas a otras del modo más eclesiástico y papista que se pueda uno imaginar. Algunas Obediciencias, por ejemplo, no están en el librito azul de las Grandes Logias estadounidenses o en el Anuario de la UGLE, y eso es más que suficiente para que los ingenuos miembros de las Potencias no reconocidas, sean rechazados de los trabajos de las Grandes Obediciencias Regulares del mundo. Ahí es donde la frustración y el engaño aparecen como desilusión y desencanto, porque los noveles viajeros aprendices -con todo y sus credenciales y "planchas de viaje"- se preguntan cuál es el sentido de la "fraternidad universal".
¿Qué es la Regularidad?
Se dice que es el apego que una Obediciencia tiene a las normas básicas de organiación de las Instituciones masónicas; la última y definitiva versión de estas reglas es la proclama de la UGLE de 1929, donde establece qué es la regularidad y cómo puede ser ésta. Ahi se afirma, por ejemplo, que la regularidad puede ser de origen y de principios. Y ambos casos es también la adhesión a reglas. Lo que esta en la regla es regular, lo que no es irregular.
La regularidad de origen apela a que las Grandes Logias surgan en la forma correcta y en territorio no ocupado. La de principios pretende garantizar que nadie invente o reinvente la masonería haciéndola a su gusto y acomodo personales. Hay que tener el Libro de la Ley Divina, la Escuadra y el Compás, la declaración de "creencia" en el Gran Arquitecto del Universo como principios "sine qua non" la masonería no puede ser definida ni aceptada como tal.
Pero la realidad acusa escenrios y situaciones diferentes y contrastantes. En el GODF, por ejemplo, se declara que el Libro de la Ley puede ser un libro de poesía o las leyes civiles; que cada Logia y masón es libre de creer o no creer, pudiendo ser incluso agnóstico o ateo. Se afirma que la masonería y sus logias bien puden ser clubes de intelectuales de manifestación social y política y ya no centros de unión fraternal dedicadas al trabajo constructivo espiritual y moral.
En muchas Obediencias se afirma y sostiene que el esoterismo y el pensamiento iniciático es un oprobio para la ciencia y una burla para la filosofía académica. Otros sistemas masónicos -o pseudo masónicos- postulan ser cristianos y muchos nacionalistas.
¿Qué es lo que tenemos, a fin de cuentas?
La respuesta es apremiante: desorden, caos y debilidad institucional.
Sin embargo, es muy fácil asumir la regularidad como estilo de vida logial y masónico.
Solo es cuestión de afinar el proceso de selección de personal de las Logias; de declarar nuestros principios, afirmarlos y postularlos como invariables, tales que se toman o no se toman.
Mientras tanto, la masonería se ha transformado en "las masonerías", y los masones que buscamos y anhelamos la unidad orgánica e institucional, debemos proclamar y luchar en los diferentes foros por la ansiada regularidad.
El evangelismo, surgido de La Reforma luterana, creció a niveles insospechados, pero sin unidad orgánica. La iglesia romana, en cambio, desde su gran estructura -rígida, monolítica y que además desconoce la democracia- mantiene unidad orgánica en todo el mundo. Las denominaciones evangélicas, por su parte, han florecido pero sin esa unidad institucional y de muchas de ellas, aún hoy, en día surgen escisiones y nuevas denominaciones con sus respectivos líderes en todo el mundo.
Unas se apegan más a la ortodoxia que otras, pero la mayoría tiene diversas interpretaciones del texto bíblico y por lo mismo, rumbos igualmente diferentes.
Lo que para las iglesias es la ortodoxia, para la masonería es la regularidad.
El problema con la regularidad es que hace mucho que dejó de ser un factor de unidad institucional de la Orden en el mundo, y cada Obediencia -desde el Gran Oriente de Francia (GODF)- cree tener su propia regularidad y crecer conforme a ella. El resultado es un caos que impide, por desgracia, presentar una sola cara y que nos hace aparecer ante la sociedad como una organización fraccionada y dividida, en la que cada quien "jala por su lado" sin unidad de rumbo y dirección.
En muchos países proliferan diversas designaciones y títulos para referir "la masonería". Así, por ejemplo, tenemos las Grandes Logias, las Grandes Dietas, los Grandes Orientes, los Altos o Supremos Consejos y además, una variopinta denominación de ritos, grados y sistemas que no hacen sino contribuir a la confusión, al caos y al desorden institucional. ¿Quiénes son los buenos?, se ha de preguntar mucha gente.
Los países anglosajones han conocido mayor unidad orgánica que los latinos. Allá, hay respeto y observancia de "la Regla" básica de organización masónica derivada de las Constituciones de Anderson y de los pronuniciamientos de la United Gran Lodge of England (UGLE); acá, en cambio, han proliferado otras realidades y lo que vemos, al final del día, es una proliferación multivariada de manifestaciones masónicas que no hacen sino crear las condiciones de la división, así como la pérdida de fuerza ante las comunidades y la opinión pública.
Aúnado al problema de la regularidad, se tiene el del reconocimiento. Las Obediciencias se conocen y reconocen, pero también se desconocen y descalifican unas a otras del modo más eclesiástico y papista que se pueda uno imaginar. Algunas Obediciencias, por ejemplo, no están en el librito azul de las Grandes Logias estadounidenses o en el Anuario de la UGLE, y eso es más que suficiente para que los ingenuos miembros de las Potencias no reconocidas, sean rechazados de los trabajos de las Grandes Obediciencias Regulares del mundo. Ahí es donde la frustración y el engaño aparecen como desilusión y desencanto, porque los noveles viajeros aprendices -con todo y sus credenciales y "planchas de viaje"- se preguntan cuál es el sentido de la "fraternidad universal".
¿Qué es la Regularidad?
Se dice que es el apego que una Obediciencia tiene a las normas básicas de organiación de las Instituciones masónicas; la última y definitiva versión de estas reglas es la proclama de la UGLE de 1929, donde establece qué es la regularidad y cómo puede ser ésta. Ahi se afirma, por ejemplo, que la regularidad puede ser de origen y de principios. Y ambos casos es también la adhesión a reglas. Lo que esta en la regla es regular, lo que no es irregular.
La regularidad de origen apela a que las Grandes Logias surgan en la forma correcta y en territorio no ocupado. La de principios pretende garantizar que nadie invente o reinvente la masonería haciéndola a su gusto y acomodo personales. Hay que tener el Libro de la Ley Divina, la Escuadra y el Compás, la declaración de "creencia" en el Gran Arquitecto del Universo como principios "sine qua non" la masonería no puede ser definida ni aceptada como tal.
Pero la realidad acusa escenrios y situaciones diferentes y contrastantes. En el GODF, por ejemplo, se declara que el Libro de la Ley puede ser un libro de poesía o las leyes civiles; que cada Logia y masón es libre de creer o no creer, pudiendo ser incluso agnóstico o ateo. Se afirma que la masonería y sus logias bien puden ser clubes de intelectuales de manifestación social y política y ya no centros de unión fraternal dedicadas al trabajo constructivo espiritual y moral.
En muchas Obediencias se afirma y sostiene que el esoterismo y el pensamiento iniciático es un oprobio para la ciencia y una burla para la filosofía académica. Otros sistemas masónicos -o pseudo masónicos- postulan ser cristianos y muchos nacionalistas.
¿Qué es lo que tenemos, a fin de cuentas?
La respuesta es apremiante: desorden, caos y debilidad institucional.
Sin embargo, es muy fácil asumir la regularidad como estilo de vida logial y masónico.
Solo es cuestión de afinar el proceso de selección de personal de las Logias; de declarar nuestros principios, afirmarlos y postularlos como invariables, tales que se toman o no se toman.
Mientras tanto, la masonería se ha transformado en "las masonerías", y los masones que buscamos y anhelamos la unidad orgánica e institucional, debemos proclamar y luchar en los diferentes foros por la ansiada regularidad.
viernes, 1 de agosto de 2008
THE ANCIENT CRAFT OR THE BLUE LODGES
Entered Apprentice
In the Entered Apprentice Degree, the candidate is given his first opportunity to prove himself by his ability to fulfill a solemn obligation and to keep secret those things entrusted to him as such, while certain moral lessons are taught to him. The Working Tools of the Entered Apprentice are the Twenty-Four Inch Gauge, and the Common Gavel. The Twenty-Four Inch Gauge was used by operative Masons to measure and lay out their work, but as speculative Masons we are taught to use it to divide the day into twenty four equal parts, where we find eight hours for duty to God and our fellow man, eight hours for our usual vocation, and eight hours for refreshment and sleep. The Common Gavel was used by operative Masons to break off the rough edges of stones and fit them for the builder's use. We use it for the purpose of divesting our minds of the vices and superfluities of life, to prepare ourself to be fit for the Great Architect's use in constructing His spiritual building.
Fellow Craft
The Fellow Craft Degree places the candidate under an additional solemn obligation concerned primarily with his duties to his Brethren and the Craft. He is encouraged to become educated in the seven liberal arts and sciences: Grammar, Rhetoric, Logic, Arithmetic, Geometry, Astronomy, and Music. The working tools of a Fellow Craft Mason are the Square, the Level, and the Plumb, all of which are used to try our work. The candidate is taught many particulars concerning the Building of King Solomon's Temple and is informed of the custom of the men who worked at the building of King Solomon's Temple to gather and receive their wages. The Mason is here taught about the symbolic wages of a Fellow Craft: Corn, Wine, and Oil. If a Mason chooses to proceed on to the Capitular degrees in York Rite, he will at that time learn more about being a Fellow Craft Mason, including their actual wages.
Master Mason
The Master Mason Degree places the candidate under a much more solemn and weighty obligation, which concerns his behaviors and duties towards his Brethren, and also to widows and orphans. The Legend of this Degree is the most characteristic and influential in Masonry: The tragic death of our Grand Master Hiram Abiff, just prior to the completion of the Temple, and the associated loss of The Ancient Master's Word. The working tools of a Master Mason are all the implements of Masonry, but most especially the Trowel. The Trowel was used by operative Masons to spread the mortar which unites the bricks of a building into one single mass. We use the Trowel for spreading the cement of Brotherly Love and Affection. Upon completing the proficiency of the Master Mason degree, a brother is able to hold office in his Lodge, continue his Masonic education by petitioning one of the concordant bodies such as the Royal Arch Chapter of the York Rite or the Ancient and Accepted Scottish Rite, or pursue the philanthropic opportunities available in Masonry through the Shrine Club or other Masonic organizations dedicated to such work.
Government of Symbolic Masonry
Masonic Lodges are governed over by a Grand Lodge, and each Grand Lodge is sovereign in its jurisdiction. Each Grand Lodge has a criteria to determine which other Grand Lodges are considered "regular" for the purpose of allowing communication and visitation between jurisdictions.
The United Grand Lodge of England (UGLE) was formed in 1717, and all regular Masonry today derives from this "Mother" Grand Lodge.
Jurisdictions in the United States are shared between the "traditional" Grand Lodges and Prince Hall Grand Lodges, which have always been regular in every way except for constitutional separation, and are currently working their way to full recognition.
See below for a list of Masonic Grand Lodges considered regular by the UGLE.
In the Entered Apprentice Degree, the candidate is given his first opportunity to prove himself by his ability to fulfill a solemn obligation and to keep secret those things entrusted to him as such, while certain moral lessons are taught to him. The Working Tools of the Entered Apprentice are the Twenty-Four Inch Gauge, and the Common Gavel. The Twenty-Four Inch Gauge was used by operative Masons to measure and lay out their work, but as speculative Masons we are taught to use it to divide the day into twenty four equal parts, where we find eight hours for duty to God and our fellow man, eight hours for our usual vocation, and eight hours for refreshment and sleep. The Common Gavel was used by operative Masons to break off the rough edges of stones and fit them for the builder's use. We use it for the purpose of divesting our minds of the vices and superfluities of life, to prepare ourself to be fit for the Great Architect's use in constructing His spiritual building.
Fellow Craft
The Fellow Craft Degree places the candidate under an additional solemn obligation concerned primarily with his duties to his Brethren and the Craft. He is encouraged to become educated in the seven liberal arts and sciences: Grammar, Rhetoric, Logic, Arithmetic, Geometry, Astronomy, and Music. The working tools of a Fellow Craft Mason are the Square, the Level, and the Plumb, all of which are used to try our work. The candidate is taught many particulars concerning the Building of King Solomon's Temple and is informed of the custom of the men who worked at the building of King Solomon's Temple to gather and receive their wages. The Mason is here taught about the symbolic wages of a Fellow Craft: Corn, Wine, and Oil. If a Mason chooses to proceed on to the Capitular degrees in York Rite, he will at that time learn more about being a Fellow Craft Mason, including their actual wages.
Master Mason
The Master Mason Degree places the candidate under a much more solemn and weighty obligation, which concerns his behaviors and duties towards his Brethren, and also to widows and orphans. The Legend of this Degree is the most characteristic and influential in Masonry: The tragic death of our Grand Master Hiram Abiff, just prior to the completion of the Temple, and the associated loss of The Ancient Master's Word. The working tools of a Master Mason are all the implements of Masonry, but most especially the Trowel. The Trowel was used by operative Masons to spread the mortar which unites the bricks of a building into one single mass. We use the Trowel for spreading the cement of Brotherly Love and Affection. Upon completing the proficiency of the Master Mason degree, a brother is able to hold office in his Lodge, continue his Masonic education by petitioning one of the concordant bodies such as the Royal Arch Chapter of the York Rite or the Ancient and Accepted Scottish Rite, or pursue the philanthropic opportunities available in Masonry through the Shrine Club or other Masonic organizations dedicated to such work.
Government of Symbolic Masonry
Masonic Lodges are governed over by a Grand Lodge, and each Grand Lodge is sovereign in its jurisdiction. Each Grand Lodge has a criteria to determine which other Grand Lodges are considered "regular" for the purpose of allowing communication and visitation between jurisdictions.
The United Grand Lodge of England (UGLE) was formed in 1717, and all regular Masonry today derives from this "Mother" Grand Lodge.
Jurisdictions in the United States are shared between the "traditional" Grand Lodges and Prince Hall Grand Lodges, which have always been regular in every way except for constitutional separation, and are currently working their way to full recognition.
See below for a list of Masonic Grand Lodges considered regular by the UGLE.
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“THE ACT OF REGULARITY”: To amend what has happen amiss, and to hold a yearly communication and General Assembly of Masons at London, England
1 – The Reinstatement of the full wording on the delivery of the Masonic Penalties.
2 – The freedom and right of a Lodge to Practice its Masonic ritual of choice, such as York, Ancient and Accepted, Ancient and Primitive, Adoniram, Swedish, Rectified Scottish Rite, Schroeder Rite, etc…
3 – The right of every Master Mason to use and chose an apron design as long it is decorated with symbols that relate to the Craft.
4 – No interference of the Craft in the so-called higher degrees and vice versa.
5 – An equilibrium between Masonic work, instruction and science and charitable and social duties.
6 – The option of reading the Masonic ritual in Lodge.
7 – Greater autonomy for the Symbolic Lodges.
8 – Better and more transparency in Grand Lodge decisions and affairs.
9 – Devolution of the Masonic Library, Museum and archives to the Craft legal owners.
10 – To permit all aspects of the esoteric Masonic tradition, such as symbols, words, uses and customs.
11 – Freedom of association outside of the Craft.
12 – To promote the spirit of Brotherhood among Freemasons.
13 - The reinstatement of the Mark Mason Ceremony as a complement of the Fellow Craft Degree.
Lastly, this our Regulations shall be Recorded in our Registry, to show posterity how much we desire to revive the Ancient Craft upon true Masonical principles.
2 – The freedom and right of a Lodge to Practice its Masonic ritual of choice, such as York, Ancient and Accepted, Ancient and Primitive, Adoniram, Swedish, Rectified Scottish Rite, Schroeder Rite, etc…
3 – The right of every Master Mason to use and chose an apron design as long it is decorated with symbols that relate to the Craft.
4 – No interference of the Craft in the so-called higher degrees and vice versa.
5 – An equilibrium between Masonic work, instruction and science and charitable and social duties.
6 – The option of reading the Masonic ritual in Lodge.
7 – Greater autonomy for the Symbolic Lodges.
8 – Better and more transparency in Grand Lodge decisions and affairs.
9 – Devolution of the Masonic Library, Museum and archives to the Craft legal owners.
10 – To permit all aspects of the esoteric Masonic tradition, such as symbols, words, uses and customs.
11 – Freedom of association outside of the Craft.
12 – To promote the spirit of Brotherhood among Freemasons.
13 - The reinstatement of the Mark Mason Ceremony as a complement of the Fellow Craft Degree.
Lastly, this our Regulations shall be Recorded in our Registry, to show posterity how much we desire to revive the Ancient Craft upon true Masonical principles.
PASTOR JAMES ANDERSON, fundador de la UGLE
La masonería operativa, en el ejercicio de su Oficio ritual y material, sólo reconocía dos grados en el eventual progreso de un francmasón: el de Aprendiz, que se adquiría tras la Iniciación, junto al conocimiento de los primeros "secretos" de la profesión, y el de Compañero u oficial, que permitía el ejercicio pleno del Arte Real; reservándose el apelativo de Maestro al director de Obra o presidente del Taller, escogido entre los compañeros más hábiles y capacitados.
En 1714, se produce un hecho que iba a cambiar el devenir de la Orden de un modo decisivo.
En la ciudad de Londres siete Compañeros francmasones, entre los que se encontraba James Anderson, capellán de la Catedral de San Pablo, fundan una Logia, sin autorización de la vigente jerarquía “operativa”, lo que conlleva su expulsión de la antigua estructura.
Su gesto, motivado por las necesidades espirituales y filosóficas del ya mayoritario sector de masones “aceptados” (los no ligados al oficio de la construcción, pero acogidos como miembros de las logias), iba orientado hacia la reforma profunda de la Orden, definiendo como fines de la misma la mejora moral y espiritual de la Humanidad mediante la construcción del Templo de la Virtud y la Razón, utilizando, por tanto, herramientas simbólicas.
Nace así la Masonería Especulativa o Masonería de Aceptacìón, que es la que llega a nuestros días, predominando en ella la reflexión, el debate y el estudio, con mayor o menor proyección hacia la sociedad.
De 1721 a 1738 se suceden las ediciones de las denominadas Constituciones de Anderson, en las que se compendia el nuevo proyecto y se incorporan novedades, como la consideración de la Maestría en un nuevo grado, personal e independiente del cargo, y se le dota de contenido ritual y simbólico.
Este libro dará lugar a la Masonería Especulativa –forma actual en que se expresa esta Orden iniciatica– y que reune a miembros no vinculados al Arte material de la Construcción.
El libro de las Constituciones de 1723, con el que trabaja, fue impreso por William Hunter en Londres; tenía 92 páginas y constaba de cuatro partes: historia; obligaciones de un masón ("extraidas de los antiguos archivos de las logias de ultramar, y de las de Inglaterra, Escocia, e Irlanda"); reglamentos generales ("compilados por G. Payne en 1720") con un post–scriptum sobre la manera de constituir una nueva Logia; y cantos masónicos con sus partituras.
Tienen interés estas Constituciones, no sólo para valorar el estudio que Anderson realizó sobre los Old Charges, en los que su Constituciones está basado sino también las adaptaciones que intentó introducir, muchas de las cuales fueron rechazadas por la mayor parte de las Logias inglesas hasta que modificó muchas de sus innovaciones adaptándolas a la Tradición y publicando finalmente unas Constituciones reformadas (1738) cuya rectificación más importante es la división en tres efectuada con los grados masónicos, asunto que por algún motivo inexplicable había reducido a dos; como se sabe, esta influencia de las Logias "Antiguas" continuó ejerciéndose sobre las "Modernas" al punto de que sólo en 1813 se unificaron, después de que se hubiera proveído la nueva Masonería, llamada Especulativa, de las ideas y ritos tradicionales de los "Antiguos" y retornase así la Orden a su función iniciática.
Vistas después de más de dos siglos, las constituciones de Anderson resultan netamente cristianas, a pesar del fondo mitológico y pagano en que se desarrolla la historia masónica.
Con ojos post–conciliares no parece que hubiese en las diferencias entre protestantes y católicos, y particularmente en lo referido al tema en que la deidad es invocada, algo más que matices sobre un mismo asunto.
Empero, estas Constituciones marcan la separación de la Masonería y la Iglesia, –ya que en ellas y a partir de ellas la Orden no se identificaría con una sola confesión cristiana, ni se sometería al poder de Roma– que se dió por la fuerza de los acontecimientos y el necesario "aggiornamento" que permitió la Iniciación a gran número de cristianos reformados, lo que posteriormente facilitó el ingreso de judíos, islámicos, etc. en distintas logias de diversos lugares geográficos, incluso en el Oriente, especialmente India y China, conformándose una Masonería verdaderamente universal, es decir auténticamente católica, valga la paradoja
En 1714, se produce un hecho que iba a cambiar el devenir de la Orden de un modo decisivo.
En la ciudad de Londres siete Compañeros francmasones, entre los que se encontraba James Anderson, capellán de la Catedral de San Pablo, fundan una Logia, sin autorización de la vigente jerarquía “operativa”, lo que conlleva su expulsión de la antigua estructura.
Su gesto, motivado por las necesidades espirituales y filosóficas del ya mayoritario sector de masones “aceptados” (los no ligados al oficio de la construcción, pero acogidos como miembros de las logias), iba orientado hacia la reforma profunda de la Orden, definiendo como fines de la misma la mejora moral y espiritual de la Humanidad mediante la construcción del Templo de la Virtud y la Razón, utilizando, por tanto, herramientas simbólicas.
Nace así la Masonería Especulativa o Masonería de Aceptacìón, que es la que llega a nuestros días, predominando en ella la reflexión, el debate y el estudio, con mayor o menor proyección hacia la sociedad.
De 1721 a 1738 se suceden las ediciones de las denominadas Constituciones de Anderson, en las que se compendia el nuevo proyecto y se incorporan novedades, como la consideración de la Maestría en un nuevo grado, personal e independiente del cargo, y se le dota de contenido ritual y simbólico.
Este libro dará lugar a la Masonería Especulativa –forma actual en que se expresa esta Orden iniciatica– y que reune a miembros no vinculados al Arte material de la Construcción.
El libro de las Constituciones de 1723, con el que trabaja, fue impreso por William Hunter en Londres; tenía 92 páginas y constaba de cuatro partes: historia; obligaciones de un masón ("extraidas de los antiguos archivos de las logias de ultramar, y de las de Inglaterra, Escocia, e Irlanda"); reglamentos generales ("compilados por G. Payne en 1720") con un post–scriptum sobre la manera de constituir una nueva Logia; y cantos masónicos con sus partituras.
Tienen interés estas Constituciones, no sólo para valorar el estudio que Anderson realizó sobre los Old Charges, en los que su Constituciones está basado sino también las adaptaciones que intentó introducir, muchas de las cuales fueron rechazadas por la mayor parte de las Logias inglesas hasta que modificó muchas de sus innovaciones adaptándolas a la Tradición y publicando finalmente unas Constituciones reformadas (1738) cuya rectificación más importante es la división en tres efectuada con los grados masónicos, asunto que por algún motivo inexplicable había reducido a dos; como se sabe, esta influencia de las Logias "Antiguas" continuó ejerciéndose sobre las "Modernas" al punto de que sólo en 1813 se unificaron, después de que se hubiera proveído la nueva Masonería, llamada Especulativa, de las ideas y ritos tradicionales de los "Antiguos" y retornase así la Orden a su función iniciática.
Vistas después de más de dos siglos, las constituciones de Anderson resultan netamente cristianas, a pesar del fondo mitológico y pagano en que se desarrolla la historia masónica.
Con ojos post–conciliares no parece que hubiese en las diferencias entre protestantes y católicos, y particularmente en lo referido al tema en que la deidad es invocada, algo más que matices sobre un mismo asunto.
Empero, estas Constituciones marcan la separación de la Masonería y la Iglesia, –ya que en ellas y a partir de ellas la Orden no se identificaría con una sola confesión cristiana, ni se sometería al poder de Roma– que se dió por la fuerza de los acontecimientos y el necesario "aggiornamento" que permitió la Iniciación a gran número de cristianos reformados, lo que posteriormente facilitó el ingreso de judíos, islámicos, etc. en distintas logias de diversos lugares geográficos, incluso en el Oriente, especialmente India y China, conformándose una Masonería verdaderamente universal, es decir auténticamente católica, valga la paradoja
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