Más tarde protagonizó películas mucho más interesantes, algunas de ellas firmadas para los míticos estudios Ealing, como "El quinteto de la muerte" (1955) de Alexander McKendrick.Otros filmes de su primera etapa son el título de espionaje "El hombre que nunca existió" (1956) de Ronald Neame, el musical "El pequeño gigante" (1958) de George Pal, y las comedias "Despiste ministerial" (1959) de Jeffrey Dell y Roy Boulting, "Un golpe de gracia" (1959) de Jack Arnold, "I'm alright, Jack" (1959) de John Boulting, "La extraña prisión de Huntleigh" (1960) de Robert Day, "La batalla de sexos" (1960) de Charles Chrichton o "La millonaria" (1961) de Anthony Asquith.
Tras convertirse en estrella local en el Reino Unido durante los años 50, Sellers alcanzaría la fama internacional en el siguiente decenio, coronándose como uno de los rostros de comedia más populares de la pantalla grande.
Su pertenencia a la Masonería fue pública y notoria, perteneció hasta su muerte a la Logia Chelsea Lodge Nº 3098, de Londres.
1 comentario:
No me lo imaginaba, uno ve caras, mas No corazones
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